La fractura de tobillo es una dolorosa lesión que involucra al menos a uno de los tres huesos del tobillo: tibia, peroné y talus. Esta lesión se produce al quebrarse la articulación del tobillo. La fractura de tobillo es muy común, por lo que muchas personas la confunden con un esguince de tobillo, pero son muy diferentes y por lo tanto requiere un diagnóstico preciso y temprano.
Una fractura es la quebradura parcial o completa de un hueso. En el tobillo, las fracturas afectan los extremos lejanos o distales de la tibia, el peroné o ambos huesos. La tibia es el hueso de la canilla y se ubica en el costado interno, o medio, de la pierna. El peroné se ubica en el costado externo, o lateral, de la pierna. Los extremos distales de los huesos de la tibia y el peroné también se conocen como maléolo medial y lateral, respectivamente.
Algunas fracturas distales de tibia pueden afectar la parte trasera o posterior del hueso, que también se conocen como fracturas maleolares posteriores. Las fracturas de tobillo pueden variar de lesiones de avulsión menos serias (pedazos pequeños de hueso que fueron sacados) a quebraduras graves dramáticas. Algunas fracturas también pueden implicar lesiones en ligamentos importantes del tobillo que mantienen al tobillo en su posición normal. Las fracturas de tobillo se producen generalmente cuando el tobillo se tuerce hacia adentro o afuera.
Uno o todos los signos y síntomas siguientes pueden presentarse con una fractura de tobillo:
La mayoría de los pacientes con fracturas de tobillo son tratados en una sala de emergencia o en el consultorio de un médico. Se puede tomar una radiografía del tobillo dañado para determinar el aspecto de la fractura, qué huesos se quebraron y qué tan separados o desplazados están, así como también para averiguar el estado del hueso en sí. La radiografía ayudará a determinar el tratamiento correspondiente.
Elevación y colocación de hielo
Generalmente se observa hinchazón después de una fractura de tobillo. Si se limita la cantidad de hinchazón, puede disminuir el dolor por la fractura de tobillo y prevenirse el daño adicional al tejido blando circundante. La elevación del tobillo y la colocación de hielo sobre la zona afectada pueden ayudar a limitar la hinchazón.
Entablillado
Es posible que sea necesario colocar un entablillado para soportar el tobillo quebrado. El entablillado usualmente debe usarse por varios días. El entablillado deja espacio para que se acomode la hinchazón. Si el tobillo dañado no está desplazado, el entablillado se puede aplicar de inmediato sin mover el tobillo quebrado. No obstante, si se desplazan los huesos o se disloca la articulación del tobillo, se realiza una reducción cerrada mientras se coloca el entablillado. Este tratamiento implica disponer los huesos de la tibia o el peroné y la articulación del tobillo para mejorar la posición y disminuir el dolor del tobillo. Este tratamiento puede requerir algún tipo de anestesia.
Hacer reposo/No soportar peso
La mayoría de los pacientes debe realizar reposo por un determinado periodo sin soportar peso con el tobillo. Las muletas, andadores y sillas de rueda permiten a los pacientes no poner peso sobre el tobillo. Muchos factores pueden determinar cuál es la mejor opción para un paciente en particular. El tipo de fractura de tobillo determinará cuándo pueden los pacientes comenzar a pararse y caminar con el tobillo lesionado. En muchos casos, el paciente no puede poner peso sobre el tobillo durante varios días, semanas o incluso meses. El especialista ortopédico en pies y tobillo es quien debe tomar esta determinación.
Inmovilización con yeso/bota ortopédica para fractura
Algunas fracturas de tobillo pueden ser tratadas sin cirugía. Se trata generalmente de lesiones en las que un hueso se desplaza mínimamente. Tales fracturas pueden ser tratadas simplemente con un periodo de inmovilización. Una vez que la hinchazón inicial mejora con los primeros días, se puede aplicar un yeso o una bota ortopédica para fractura en el tobillo con el objeto de protegerlo e inmovilizarlo de manera adecuada. Tanto el yeso como la bota pueden brindar una protección adecuada al tobillo. El yeso no se puede mojar ni quitar sin la ayuda de herramientas especiales. La bota se puede quitar para bañarse y dormir. El tipo de fractura y el criterio del médico determinarán el mejor tipo de inmovilización. El yeso o la bota deben usarse hasta que la fractura cicatrice completamente, lo que normalmente toma dos a tres meses.
Cirugía
La necesidad de realizar o no una cirugía en un paciente depende en gran medida del aspecto de la articulación del tobillo en la radiografía y en el tipo específico de fractura. Las fracturas que presentan un amplio desplazamiento y las fracturas de la tibia y el peroné normalmente requieren cirugía. Restaurar la alineación del hueso quebrado es fundamental para una recuperación completa porque si una fractura no se cura de manera adecuada puede desarrollarse artritis de tobillo. La mejor manera de reducir el riesgo de artritis es restaurar el tobillo a la posición normal en la medida de lo posible.
El tratamiento quirúrgico se conoce como cirugía de reducción abierta y fijación interna, o CRAFI. Se realiza una incisión externa o lateral en el tobillo si el hueso del peroné está quebrado. Se realiza una incisión interna o media en el tobillo si el hueso de la tibia distal está quebrado. Los huesos lesionados se disponen correctamente a través de estas incisiones y se mantienen en su lugar con placas y tornillos de metal. A medida que el tobillo cicatriza después de la cirugía, se protege la articulación restringiendo las actividades y usando un yeso o una bota ortopédica para fractura. El yeso o la bota deben usarse hasta que la fractura cicatrice completamente, lo que normalmente toma dos a tres meses.
El especialista ortopédico en pies y tobillo posiblemente programe otras radiografías mientras se consolidan los huesos para asegurarse de que los cambios o las presiones sobre el tobillo no hagan que los huesos cambien de lugar.
Posibles complicaciones
Existen generalmente algunas complicaciones de un tobillo quebrado, aunque el riesgo es mayor en los pacientes diabéticos y fumadores. Su cirujano ortopédico puede recomendarle un programa de rehabilitación y fortalecimiento. Los ejercicios de rango de movilidad son importantes, pero tiene la misma importancia no soportar peso con el tobillo.
Un niño que se quiebra el tobillo debe ser controlado regularmente hasta dos años para garantizar que el crecimiento avance adecuadamente sin deformidades o un largo desigual de la pierna.
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