Una fractura de cadera es una lesión grave, con complicaciones que pueden poner en riesgo la vida. El riesgo de fractura de cadera aumenta con la edad.
Las personas mayores tienen un mayor riesgo de fractura de cadera porque los huesos tienden a debilitarse con la edad (osteoporosis). El uso de múltiples medicamentos, la visión deficiente y los problemas de equilibrio también hacen que las personas mayores sean más propensas a tropezar y caer —una de las causas más frecuentes de la fractura de cadera—.
Casi siempre, una fractura de cadera exige la reparación o el reemplazo quirúrgicos, seguidos de meses de fisioterapia. Tomar medidas para mantener la densidad ósea y evitar las caídas puede ayudar a prevenir la fractura de cadera.
Los signos y síntomas de una fractura de cadera son los siguientes:
Un impacto grave, por ejemplo en un accidente en auto, puede provocar fracturas en la cadera en personas de todas las edades. En los adultos mayores, en la mayoría de los casos una fractura de cadera es consecuencia de una caída estando de pie. En personas con huesos muy débiles, una fractura de cadera se puede producir simplemente al girar estando de pie.
El índice de fracturas de cadera incrementa mucho con la edad, debido a lo siguiente:
Otros factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir fractura de cadera son los siguientes:
Una fractura de cadera puede reducir tu independencia en el futuro e, incluso, disminuir tu expectativa de vida. Casi la mitad de las personas que tienen una factura de cadera no son capaces de recuperar su capacidad de vivir de manera independiente.
Si una fractura de cadera te mantiene inmóvil por mucho tiempo, las complicaciones pueden ser las siguientes:
Además, las personas que tuvieron una factura de cadera corren un riesgo elevado de que sus huesos se debiliten y como consecuencia puedan caerse más a menudo, lo que representa un riesgo considerablemente mayor de tener otra fractura de cadera.
Las elecciones del estilo de vida saludables durante el comienzo de la adultez construyen un pico de masa ósea mayor y reducen el riesgo de osteoporosis en los años posteriores. Las mismas medidas pueden disminuir el riesgo de caídas y mejorar la salud general si las adoptas a cualquier edad.
Para evitar caídas y mantener huesos sanos:
El tratamiento de la fractura de cadera generalmente implica una combinación de cirugía, rehabilitación y medicamentos.
El tipo de cirugía generalmente depende de la ubicación y la gravedad de la fractura, de si los huesos rotos no están alineados de la manera correcta (fractura desplazada), de tu edad y de enfermedades no diagnosticadas. Estas son algunas de las opciones:
El médico puede recomendar un reemplazo parcial o total de cadera si el suministro de sangre a la cabeza femoral de la cadera se dañó durante la fractura. Este tipo de lesión, que ocurre con más frecuencia en las personas mayores con fracturas de cuello femoral, significa que el hueso tiene menos probabilidades de curarse bien.
El equipo de atención médica seguramente te sacará de la cama y hará que te muevas el primer día después de la cirugía. La fisioterapia en un inicio se centrará en una serie de ejercicios de amplitud de movimiento y fortalecimiento. Dependiendo del tipo de cirugía que hayas tenido y de si tienes asistencia en casa, quizá necesites ir del hospital a un centro de atención médica prolongada.
En el centro de atención médica prolongada y en casa puedes trabajar con un terapeuta ocupacional para aprender técnicas de autonomía en la vida diaria, como ir al baño, bañarte, vestirte y cocinar. Tu terapeuta ocupacional determinará si un andador o una silla de ruedas pueden ayudarte a recuperar la movilidad e independencia.
Aproximadamente el 20 por ciento de las personas que tienen una fractura de cadera tendrá otra en el plazo de dos años. Los bisfosfonatos pueden ayudar a reducir el riesgo de una segunda fractura de cadera.
La mayoría de estos medicamentos se toman por vía oral y están asociados con efectos secundarios que pueden ser difíciles de tolerar, como el reflujo ácido y la inflamación del esófago. Para evitar estos efectos secundarios, el médico puede recomendarte tomar bisfosfonato por vía intravenosa.
En general, los bisfosfonatos no se recomiendan a personas con problemas renales. Rara vez, el tratamiento a largo plazo con bisfosfonatos puede causar dolor e hinchazón en la mandíbula, problemas de visión o fractura atípica de cadera.
Av. Arce Esq. Cordero 2789 Edif. Altamira, 3er. Piso (Frente a la Embajada de E.E.U.U.)
Zona Sopocachi
La Paz - Bolivia
Horarios:
Lunes a Viernes 10:00 a 12:00
info@drgumiel.com
gumielmarcelo@hotmail.com
dr.mgumiel@gmail.com
+(591) - 2 - 212 - 1608
+(591) - 2 - 212 - 1609
+(591) - 2 - 76206007