Artrosis

La artrosis de cadera es un desgaste del cartílago articular de la articulación entre el fémur y la pelvis. El cartílago es una capa de un tejido más blando que el hueso que recubre la superficie de la articulación. Al desgastarse se produce roce y luego deformación de los extremos óseos. Esto ocasiona dolor y luego limitación de la movilidad.

¿Qué es la artrosis de cadera?

La artrosis de cadera es un desgaste del cartílago articular de la articulación entre el fémur y la pelvis. Esto ocasiona dolor y luego limitación de la movilidad.

La articulación de la cadera está formada por la unión entre los huesos de la pelvis y el fémur. En la porción del fémur que se junta con la pelvis, el fémur tiene la forma de una esfera que se denomina cabeza del fémur. Esta esfera del fémur encaja dentro de un hueco que existe en la pelvis, de tal forma que se forma un engranaje perfecto que permite el movimiento del fémur en muchas direcciones.

Tanto la cabeza del fémur, como el hueco de la pelvis en el que se articula, están recubiertos de cartílago, que es el tejido que facilita los movimientos entre los huesos y evita que rocen directamente hueso con hueso.

Con el paso de los años y, como consecuencia del desgaste progresivo de estos cartílagos, se pierde su grosor y textura y llegan, incluso, a desaparecer.

Esto da origen a que se pierda el correcto engranaje entre el fémur y la pelvis, que es precisamente lo que produce los síntomas de la artrosis de cadera.

Las causas de la artrosis de cadera son múltiples y varias de ellas suelen estar presentes en una misma persona, por lo que sus posibilidades de desarrollar la enfermedad aumentan.

Algunas de estas causas son:

  • Envejecimiento: la artrosis es una enfermedad de personas mayores. El desgaste de la articulación producido por el uso durante años, junto con la menor capacidad de recuperación de los tejidos, son factores relevantes.
  • Herencia: en algunos casos, existe una predisposición hereditaria, aunque este tipo de artrosis afecta más a las mujeres.
  • Obesidad: predispone a la artrosis en las caderas y rodillas, ya que el sobrepeso daña el cartílago articular.
  • Trastornos por sobrecarga: cuando la forma de la articulación o de un miembro no es la normal -por ejemplo, cuando una pierna es más larga que la otra- se produce un desgaste mayor en toda la articulación o en la parte de ella que soporta mayor peso.
  • Lesiones locales: cuando existen fracturas, golpes importantes o inflamaciones de cualquier causa en una articulación, el cartílago tiene predisposición a enfermarse más pronto.
  • Exceso de uso de la articulación: produce el desarrollo de artrosis temprana o en lugares no habituales. Por ejemplo, el codo de quienes trabajan con martillos neumáticos o las rodillas de los futbolistas.

Los síntomas de la artrosis de cadera comienzan de forma lenta, haciendo que la progresión de la enfermedad sea larga.

Los síntomas de esta patología son:

  • Incomodidad y rigidez en la ingle.
  • Dolor en la ingle y en la región interna del muslo.
  • Si la artrosis es importante, puede haber dolor nocturno o dificultad para flexionar las piernas.
  • Los músculos que rodean la articulación se atrofian.
  • Aparición de contracturas musculares, producidas por deformaciones óseas.
  • Alteración de la movilidad normal de la articulación.
  • Tratamiento de la artrosis de cadera
  • La artrosis de cadera no se puede curar, pero hay tratamientos disponibles para ayudar a controlar los síntomas. Los planes de tratamiento deben ser personalizados para cada paciente, de acuerdo a los síntomas y gravedad de las características de la artrosis en el individuo.

El tratamiento debe incluir lo siguiente:

  • Uso de anti-inflamatorios de acuerdo a las indicaciones médicas.
  • Dormir lo suficiente cada noche.
  • Tratar de perder peso (las personas con sobrepeso tienen un 25% de riesgo, y los obesos un 39% de riesgo de padecer esta enfermedad).
  • Programas de ejercicios acuáticos.
  • Terapia física que se especialice en el rango de movimiento y ejercicios de fortalecimiento.
  • Terapia ocupacional con dispositivos de asistencia y protección de las articulaciones.
  • Educación del paciente.

Para los casos más graves de artrosis de cadera existe otra opción: la cirugía. Pero es importante destacar que debe ser considerada como un último recurso de tratamiento.

Los procedimientos quirúrgicos incluyen:

  • Artroscopía: comprueba la condición del cartílago articular.
  • Osteotomía: realinea los ángulos de la articulación de la cadera.
  • Prótesis de cadera: se implantan nuevos componentes femorales y acetabulares.
  • Prevención de la artrosis de cadera

Es difícil poder prevenir la aparición de artrosis de cadera, dado que en la mayoría de los casos las causas que producen la enfermedad son desconocidas y los factores de riesgo no son modificables como los antecedentes familiares, sexo, raza y predisposición genética. Lo que es posible hacer es detectar de forma temprana la enfermedad que ya ha comenzado a manifestarse. Luego, es importante preocuparse de tener una correcta indicación de fármacos y un régimen de vida sano, para controlar mejor la enfermedad y evitar una rápida progresión.

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